sábado, 1 de diciembre de 2012

Live in a van.



Me despierto en un hotel de algún lugar de California sonriendo, con los rayos del sol entrando por la ventana, a pocos metros de la orilla de la playa. Y a través de ella, las palmeras se mecen con el viento. Nadie más, solo yo y un par latas de cerveza que saco de la nevera y unos paquetes de salchicas frías para comer. Ando en ropa interior blanca reluciente, completamente descalza sintiendo la madera en las plantas de mis pies, con las uñitas pintadas de azul turquesa, y una tobillera llena de conchas diminutas. Huele a flores por toda la habitación, huele a cabello rubio natural, huele a brillo, huele a sol. Voy a estar aquí hasta que termine el día, como si fuera a hacer esto el resto de mi vida.
Vivir en una Wolsvagen pintada de flores de infinitos colores y repleta de símbolos de la paz. Viajar de un lugar a otro bajo el cielo azul, decorado con alguna nube blanca.
'Es tiempo de continuar, venga, vámonos' ¿Qué está haciendo todo el mundo? ¿Qué intentan esas fuerzas de seguridad? No van a detenerme, al menos no hoy. Al menos no detendrán mi felicidad. Chicas en bikini, chicas al sol, chicas tostandose en la arena.Chicas de rodillas y chicos rogando a perfectos senos grandes: 'Eh, venga, solo uno más'. Oh oh, estoy jugando al juego de la forma correcta y aun asi quieren hacerme creer que esto es un completo error, 'déjenme en paz', les dije.
Mi nombre es África, aunque no tengo país. Vivo en un mundo que considero de todos y de nadie, vivo en una Wolsvagen. Cada día es algo nuevo, escapando de cualquier dolor. 'Hey, bithches! Pasémoslo bien esta noche, enseñadme todos los lugares más vulgares de esta maravillosa ciudad, aquello que os hace adictas' Hey, dejadme un par de tacones, porque esta noche seré una de vosotras. Escuchando reggae en la radio. Adoro mi vida. No la cambiaría por ti. Tengo mis trucos, tengo mi acidez, pero guardada bajo el color amarillo, al igual que un limón.
Bebiendo hasta no saber dónde te encuentras, fumando weed, mi nombre es África, pero yo no pertenezco a ningún país.
Vivo en una Wolsvagen que no cambiaría por ti.

domingo, 14 de octubre de 2012

Mantis religiosa.




Despacito, muy lento... Poco a poco. Haciéndote sufrir. Viéndote sangrar. Viéndonos llorar. Viéndote morir. Muriendo yo también.

Decidí no hablarte hasta que tú no lo hicieras. Por suerte, ese no fue el fín.
Cuando te fuiste, una parte de mi murió. Me rompiste entera, no exagero, entera. Aunque siempre fuimos diferentes. Incluso al perdernos, buscarnos y encontrarnos. Al final me encontraste en un beso, pues yo estuve echándote de menos cada instante que no me hallaba mordiendo tu labio. Deseo que me quites esta sensación con palabras dulces como el azúcar, porque noto la tensión sobrecogedora de los tendones en mi cuello, es el miedo. Y, con toda sinceridad, puedo decir que no estoy segura de si despertaría tan feliz cada día si no te tuviera, pues he olvidado la costumbre de levantarme sabiéndome desterrada de tu paraiso.
Si tú supieras lo que hice por esa sonrisa... Procura que tus labios no me mientan.
Aunque a veces haya pasado por mi mente el hecho de devolverte el daño, es totalmente imposible imitar el tipo de dolor que provocaba tu ausencia. Levantarme con una extraña sensación de vacío constante.
Tuviste en tu mano la oportunidad de elegir, es por ello que nada debería asustarme.
No me veías, como yo lo hacía cada día. Dime cuántas noches soñaste conmigo, porque yo no puedo contarlas con los dedos de ambas manos. No me necesitabas como yo lo estaba haciendo. Cuántas querrán tus labios... Pero, él es un caballero, ni os lo imaginais. Y cuánto dolor por amor veo en todas partes.
Decidí no hablarte si tú no lo hacías. Por suerte, ese no fue el fín, así que déjame hacerte feliz.
Mataría por que no pudieras vivir sin mi vida. Y es que podría jurar al mismísimo cielo de tus ojos que si alguien me dijera que vas a ser de otra, te mataría después de hacerte el amor toda la noche. No dejaría rastro de ti en esta tierra miserable de destinos sombríos. Lo haría despacito, muy lento... Poco a poco.
Haciéndote sufrir.
Viéndote sangrar.
Viéndonos llorar.
Viéndote morir.
Muriendo yo también.


sábado, 6 de octubre de 2012

Cínico.


Caricias que hechas por mis manos escuecen. Roces que parecen choques. Palabras que debí callar, palabras que no solo resuenan en mi mente, si no que se repetirán continuamente en los oídos del que las recibió.
Palabras que no llegué a convertir en frases, y quedaron sin significado exterior. Todo el daño que me hiciste aún lo llevo dentro, aunque sepa que estás intentando compensarlo.
A veces me hundo, solo por un segundo y luego vuelvo a subir.
Golpes que únicamente sirven para romper tus nudillos y atemorizar la mente. Rabia que te come por dentro.
Cuánto teatro, cuánto llanto, cuánto drama. No sé si estoy fingiendo y ya apenas me doy cuenta de mi realidad, no sé si es la costumbre... Pero algo me arde por dentro.
Soy mi peor enemiga. Luchas internas continuamente, con más miedo a mi persona que a cualquier otra.
Nadie me hace más daño, pero a nadie he visto más fuerte. Orgullosa incluso de mi orgullo, por eso nunca me lo trago, y si lo hice fue por ti y por mis sollozos. La rabia oculta el miedo, pero a mi me pesan igual.
Y nada me llena, y ando refugiándome entre pequeños placeres.
Y nunca me vereis hasta los cojones, y siempre preguntarán por la sonrisa. Y nadie vio el dolor que llevaba dentro. Mintiéndonos a nosotros mismos.
Sacas las garras a quién te da de mamar, bebiendo y escupiendo su leche al suelo. Desagradecida.
Y despertar llorando miedos, y prometer no volver a quejarte, dándote cuenta de que todo podría ser mucho peor. Recordar momentos en los que te querías morir y volver a sentir lo mismo.
Olvidarse todo a los cinco minutos y volver a gritar durante un instante demasiado largo como para evitar el eco, deseando entonces quedarte muda antes que ciega o sorda. Y nada te lleva a ningún lugar, y no llegas a ningún sitio, y nada te compensa... Y te cagas en el cielo porque lo crees inexistente.
Y ojalá creyese en Dios porque yo ya no creo en nada.

martes, 29 de mayo de 2012

Cicatrices.

Dicen que el tiempo todo lo cura, y que este y el olvido son como hermanos gemelos.
Pero... solamente es un consuelo, porque es tiempo lo único que nos sobra siendo también lo que más nos hace falta. Es una de las tantísimas cosas que no podemos controlar. Porque el tiempo solo avanza, nunca retrocede, solo mira hacia delante y nunca hacia atrás. Es por ello, que intentamos hacerlo nuestro, llevándonos lo mejor posible con él. Haciéndonos creer a nosotros mismos que está ahí para poner cualquier cosa en el sitio que le corresponde.
Pero... ¿Alguna vez has contemplado una cicatriz en cualquier parte de tu cuerpo? Si es una cicatriz de antaño, o de una leve herida, apenas será notable si no te acercas, o bien, si desconocías que estaba ahí. Pero tú la llevas contigo, y lo sabes de sobra. En cambio, otras cicatrices son muy apreciables, a la vista de cualquiera, incluso aunque no te conozcan en absoluto. Sea como sea, están.
Apreciables o no.
Más profundas, o menos.
Pero ahí están, y nunca van a irse. Están contigo para recordarte, cada vez que las mires, el "cómo", el "cuando" y el "dónde".
Y todos sabemos, que las heridas del alma, no las pudimos curar con vetadine.

viernes, 11 de mayo de 2012

Agora.

Mi poesía es triste, ¿lo viste?
solo sé hablar de aquello que ya no existe.
Yo no quiero pasar página, intento cerrar el libro entero,
pero mírame escribiendo con el mismo lapicero.
Toda esta mierda duele y nos vuelve locos,
refranes que se cumplan quedan ya muy pocos.
Toda esta mierda duele y te vuelve loco,
es como meterse el tiro pero poco a poco.

Vivir lo mejor de cada estilo,
revivir el vinilo y mantenerse en el filo.
No perder el hilo de lo que estás contando,
dices que los de arriba nos están matando.
Tu forma de vivir la vida es todo cosquillas,
te dan lo que quieras pidas lo que pidas.
Sé quién soy, pero también quién he sido,
y para cantar nunca faltaron motivos.
Sé quién eres, pero también quién has sido,
y ti nunca te sobró el valor, amigo.

No quiero hablar de política, no sé cual es su crítica.
No entiendo que hayan presos, solo por defender sus huesos.
Ningún partido te hará recuperar lo perdido.
Son todos escoria, intentando tapar el ruido.
Odias los extremos porque odias la violencia,
en cuanto a heridas, aprendí a tener paciencia.

Para él siempre fui la primera,
pero hoy en día me lo quita cualquiera.
Si hoy eres segunda, es porque no hay tercera.
Por ti yo derribé barreras, le resté peldaños a tu escalera.

Si hoy tengo un tormento,
es el de no verle fin a este sentimiento.
Si me da por llorar no me hecho el freno,
ojalá le quisiese un poco menos.
Y si me da por cantarle a tiempos buenos,
es porque el ahora solo me sirve de relleno.

Todos tienen algo que yo echo den falta,
quizás sea que mi meta es demasiado alta.
Cuando una voz dentro me dice "salta",
lo hago sin miedo a que me piten falta.
Hay partes de mi que ya no sienten,
están rogando que las encuentren.
Y sé que hay partes de ti que están dormidas,
esperando a que yo vaya y les de vida.

Actúas cual víctima y te encanta el drama,
te faltan caricias en una cama,
te sobran mordiscos a la almohada.
Estás aparentando un malvivir,
pero se te ve el plumero, cielo, solo quieres ser feliz.



viernes, 4 de mayo de 2012

No como yo.

Acepto quererte como un acto suicida,
el querer volver a ti me está quitando la vida.
El mundo me entregó la bendición de encontrarte,
la opción de quererte, y el castigo de perderte.
Esa es mi mala y mi buena suerte.

Este martirio es crudo, no sabes cuánto de duro,
repitiéndo eso de "Mañana mejor, seguro"
Dices que sigues siendo el mismo que ayer,
entonces cambié yo, debe ser.
Sobra espacio en mi cama, sobra espacio aquí,
sobra la mala costumbre de acostumbrarse a sufrir.

Soñando contigo siete veces, reuniendo melancolía,
no siete veces por semana; sino siete veces por día.
Entiendo que te quieran, para ti será mejor,
entiendo que te quieran, pero no como yo.

Si no quedan cenizas, no era fuego, digo yo.
Digo yo que no era fuego, eran luces de neón.
Te vas, te vas, te marchas y ya está.
Cada vez soporto menos eso de que me echases de más.

Eras amor en estado puro, eres el amor que de mi se aleja,
ya nadie pondrá el pelo detrás de mi oreja.
Mi subconsciente sabe lo que quiero ver pasar,
y cada noche me lo hace soñar.
A veces es bueno olvidar, no volverá, amor, no volverá.

Asombroso lo que veo y lo que ví,
a cuantos oídos regalas las palabras que a mí.
Y aunque no vuelvas a mi vera,
yo aquí me quedo en estado de espera.
Porque todo sigue, todos siguen, como no,
todo sigue menos tú y yo.

No pido disculpas, pero acepto la culpa de
estar distanciados, de perderme esos gestos aniñados.
Tengo mil pequeños placeres, pero deshacerme no consigo
del abismal deseo de estar contigo.

Faltaron cosas por hacer, olas que mecer.
Mareas por dominar, y lugares que besar.
Lunares por contar, y lunas que ver brillar.
Por mi miedo, nos perdimos el cielo.
Y en el pecho el corazón me arde, no era lo que tú buscabas
y te diste cuenta tarde.

Tengo malheridas alma y mente,
de este dolor nadie sabe suficiente.
Entiendes, pero no sientes lo que digo,
las estrellas brillan por ti y por eso ni las miro.

Tendrás felicidad viva y sin pausa,
pero nunca más seré la causa.
Entiendo que te quieran, aunque me provoque ardor.
Porque entiendo que te quieran, pero no como yo.




lunes, 16 de abril de 2012

Hablando sin saber porque ya sé demasiado.

Tú no te lo mereces, zorra. Frase que repites una y otra vez en tu cabeza. Ella no se merece tu realidad, ella no tiene por qué estar viviendo tu vida, ocupando tu lugar. No puedes deshacerte de su imagen, de la última vez que le viste apoyado de esa forma tan suya, con esa mirada pícara que esta vez, no iba dirigida a ti, y te mueres de celos, te mueres por dentro deseando que esos ojitos te miren a ti. Porque no te sientes sola, no necesitas compañía, le necesitas a él. Te está quitando la vida. No es justo, ya nada es justo. Tienes que dejarlo, tienes que dejar de observar las cosas que hace como una obsesa antes de pegarte un tiro, no es sano. Y piensas que en otra vida, en otro momento, si te diesen la oportunidad de volver atrás, le harías quedarse y serías su chica. No te haces a la idea de que otra bese sus labios, toque su pelo... No te haces a la idea de que otra le haga erizarse, ponerse nervioso, de que ya no seas tú la razón de su sonrisa. Que sus manos acaricien otras piernas, otras mejillas... Imposible. Oh, Dios... Pero cómo te gusta torturarte, deja de pensar en eso o acabarás perdiendo la cabeza. Y sabes que nada va a cambiar, hasta que no le digas lo que nunca deberías decirle. Pero arrastrarte de nuevo no estaba en tus planes. Como también estás segura de que hace mucho tiempo que nadie le quiere como tú lo hacías. Tantas veces repetiste eso de "Si se va..." que ya se ha ido.

¿Cómo deshacerme de esta rabia? Me ahoga, me asfixia, me atrapa. ¡Pero cómo no te van a querer con esa cara! Si yo lo comprendo, comprendo que quizás no sean tan zorras, pero tú debes comprender que yo por ti las mataba. Y esto es un círculo vicioso, y va sobre aquello de querer y no poder. Pero tú te fuiste, y la vida siguió. He sobrevivido a ti. Como a todo, soy así. Te quiero. Me estás quitando la vida, cabrón. Sabes que puedes conmigo, no me jodas más, amigo. Y piensas que mañana será un día mejor que este, que quizás avances. O consigues olvidarle un poquito más, o le haces volver a ti. Si no ocurre ninguna de las dos cosas, estás perdida. Crees que es el puto amor de tu vida, y el tiempo te lo confirma. Es hora de pasar de página. Y una mierda. Yo quiero crear un libro con las páginas de una vida, y lo nuestro me supo a prólogo. Te quiero. Dices que sigues siendo el mismo, pero el tú de antes estaba loco por mí. Qué pronto te olvidas de todo, y qué fáciles me parecen tus excusas. Échame un poquito de menos. Que me muero de amor.

miércoles, 4 de abril de 2012

No hay título para este desorden.

Es la sexta vez que sueño contigo en cinco días. Y todos esos sueños vienen a dibujarme las mismas mentiras, creando un tú que me busca, un tú que no existe. Un tú que decide que la vida sin mí no era vida. Y comencé a odiar las caricias, los besos, los ojos brillantes, las flores y las cartas de amor pensando un "quién pudiera".
Y comencé a soñar con irme de aquí, sin importarme lo que dejaba porque ya no te dejaba a tí, tú ya me habías dejado.
Y empezar a encerrarme en mí misma, fría como el hielo, dura como la roca. Porque quizás esa era la forma de evitar que alguien pudiera volver a hacerme daño. Y cometer el error de buscarte en otras bocas, para acabar perdiéndome a mi misma y la esperanza. Y a ratos, la libertad me consolaba, más presente que nunca. Pero desprecié toda la libertad que un día quise por culpa de tu recuerdo. Descubriendo que la ilusión es un arma de doble filo, y que a menudo me corté por ambos lados. Intentando hacer la única cosa que me relaja, cualquier cosa que me impida pensar/te.
Y lo estoy intentado, lo estoy intentando con todas mis fuerzas mientras me pregunto a qué juegas, a qué vienes y qué quieres. Produciéndome dolor de cabeza, pero más me duele tu sonrisa, pues ya no soy la causa.
Podría empezarte a besar, y a ver qué me dices después... Podría decirte que dejases a un lado la cabeza, y dieses paso al corazón, pero tampoco estoy segura de estar ahí dentro. Y me levanto rogándole a la vida que se porte bien, cuando solo necesito que te portes bien tú, rogándotelo de rodillas.
Intento pensar fríamente, pero pasa... Pasa que tengo un corazón en el cerebro. Y que cuando parece que sí, es que no... Y cuando aceptaba que no, vienes tú. Y ya no existen dudas, mi alma afirma que con NADIE si no es contigo, aceptando las consecuencias. Como acepté las consecuencias de dejarte ir, siguiendo enamorada de tí.

martes, 20 de marzo de 2012

Daltonismo emocional quizás.


Hay veces que las cosas no salen bien. O quizás en realidad si estén saliendo bien, pero simplemente no es la forma en la que nosotros queremos que lo hagan.
A veces, lo que es malo para nosotros, es bueno para otros. Es ley de vida, unos bien y otros mal. El Jing y el Jang.
Otras, en cambio, nos salen tan bien, que comenzamos a preocuparnos por el motivo de nuestra suerte, o de cuánto durará esta. Y pasa lo que siempre pasa, que la suerte nunca es para siempre, como el todo y el nada. Nada dura para siempre, y todo acaba. Entonces tiende a pasar lo que siempre pasa. Sucede que la suerte acaba y que acaba con ella el buen momento, y apenas lo hemos disfrutado por culpa de las malditas dudas, e indecisiones. Y el miedo, sobretodo el miedo. ¡Pero que vacío el de una vida sin miedo! Realmente hay que temer a vivir sin temor a nada. Hace falta, pues el cementerio está lleno de valientes que no han sabido parar en el momento oportuno, dejando la Tierra llena de cobardes. Parece que con estos razonamientos es imposible llegar a ningún lado, pero sí que lo hago.
En realidad llego a decir algo tan simple como que me encanta la gente que ama la vida, porque yo la amo con todas mis fuerzas día a día. Amo cada lágrima porque significa que siento, que estoy viviendo. Amo cada herida, y aún más el ver como se cierra, el proceso de un cardenal que desaparece cambiando sus colores.
Parece que la naturaleza intentara enseñarnos algo con ello, enseñarnos que el hombre se autodestruye y se cura a sí mismo. Enseñarnos que la violencia genera violencia, y que no podemos esperar otra cosa de ella. Que si la herida es profunda, siempre hay alguien que la cosa con los hilos de la vida y las agujas del tiempo.
El tiempo pasa incluso cuando parece que no. Pasa y nos cuida con su dulce maltrato. ¿Cómo puedes pensar que la vida es preciosa a pesar de todas las catástrofes que suceden en el mundo? Excuse moi, yo también tengo mis pequeñas catástrofes, pero aún más grandes son mis sueños, nunca al revés. Si el mundo arreglase sus grandes problemas, con grandes soluciones, todo iría mejor.
¿No eres de los que creen que un mal día se soluciona con un trozo de pan con nocilla y un buen capítulo de tus dibujos preferidos? Sonríe, amigo, merece la pena, y además es necesario. ¿No ves que si no te levantas con una sonrisa, vas a acostarte destrozado? Y entiendo que te levantes con la madrugada aún dormida en la cara, y que te acuestes con el gesto de la cara descompuesto de tanta mierda, pero me gustaría ver como algún día tu mandíbula parece desencajarse de tanto reír. Hacer caso a esta daltónica de las emociones es perderse. Es más, es cosa tuya. Cada uno vive a su manera, y yo no creo en leyes. Creo en mí, y en la filosofía que aprendo cada día.
Y cuando me miro en el espejo cada noche, y me veo vestida de ojeras conjuntadas con sonrisa me digo " Qué cojones le echas a la vida, mujer. Qué cojones. Las ojeras te las quita el frío, el maquillaje o un jodido hielo, pero esa sonrisa... Esa sonrisa a ti no te la quita ni Dios"

domingo, 12 de febrero de 2012

Eclipse de paz.

Inhala... Exhala...
Ahora imagina que los rayos de sol de ahí fuera solo brillan por tí. Imagina que puedes alcanzar cualquier cosa maravillosa que pase por tu mente. Ven a por mí, y llévame lejos, a ese lugar que estás soñando...
Y la paz que estés sintiendo en estos momentos no es ni la mitad de la que podrías sentir si estuvieses en otro lugar, en otro ambiente, y con personas diferentes...
Quizá me haga falta algo de paz oriental. Quizá debería hablar de bosques, en lugar de hablar sobre ciudades.
Y quizá necesite tumbarme sobre césped verde, en vez de sentarme sobre asfalto.
Puede que mis pulmones se estén asfixiando con el humo del tráfico. Mi garganta pide a gritos de silencio algo que la haga arder. Y qué importa si tu hierba, o mi quedarme sin aliento.

Desearía reflejarme en las aguas de cristalinos lagos azules, y dejar de dibujar frases de dolor en el vaho de los espejos de mi baño.
Pero estoy aquí, y no estoy sola. Sé que desear utopías no suena muy sano... ¿Sentiré la paz introduciéndome en las bocinas y los gritos de la gente? Ayúdame a encontrarla, o dámela tú. Dame paz, cuando mi boca pida guerra.
Y mátame, pero hazlo despacio... sin prisa. Así que mátame de risa, darling. Que todos hemos nacido para morir, y me gustaría hacerlo de la forma más bonita posible.
Jamás querré tu dinero, tus coches, o las marcas que vistes... Si te envidiase en algo, sería en la maldita seguridad que crees tener en ti mismo. Pero el poder es nuestro. Envidia es la que sientes cuando me ves tocar las nubes sin despegarme del suelo. Impotencia cuando ves que hay cosas que yo poseo que tú jamás podrías comprar. Dime, ¿Quién va a pagarte un viaje a lo más alto de un arcoiris? ¿Quién va a invitarte a llegar a lo más profundo de aquello que nunca existió más que en sueños?
Solamente estamos intentando ser felices entre tanta miseria. Somos jóvenes, y el tiempo es nuestra arma más poderosa.
No deseo vivir de la manera en que tú lo estás haciendo, llámame loca, pero prefiero ser feliz a mi manera. No quiero tener nada que perder al morir. No quiero perder si  no es el miedo.
¿Tienes miedo a saltar y no poder batir las alas lo suficientemente rápido? ¿O esque ni siquiera tienes alas? Nosotros no. Ese miedo ya lo perdimos, cuando perdimos la sonrisa, y tuvimos que luchar para recuperarla. Cuando los demás habían perdido toda ilusión y esperanza, yo creí, y ahí gané mis alas.
El arma más fuerte es imaginar que puedes.
Y desearía imaginar que puedo decicir si sufres o no por mí. Ojalá pudiera evitar tus sentimientos.
Llévame allí donde todo lo que necesitamos cabe en el alma, donde pueda alimentarme del humo y la vida que me dan tus caladas.
Y esta es una de esas veces que te pierdes deseando que nadie te encuentre, pero el nadie siempre tiene un nombre.
No me hagas llorar, por favor. Bueno, quiero decir que no lo intentes...
Porque este sol que hoy es mi mundo, solo brilla por mí. Porque a este sol solo  podría esconderlo un ecplipse... El eclipse aquel que nace donde comienzan mis ganas de vivir.

domingo, 29 de enero de 2012

Esto no es un "Vuelve conmigo"

Parece que haya pasado mas tiempo del que en realidad a transcurrido. Simplemente unos meses. Ni la mitad de lo que estuvimos juntos. Y quizás sea tiempo suficiente como para darme cuenta de que aunque puedo vivir sin ti, no lo deseo del todo. Hay días que agradezco que dieras el paso de separar dos vidas que podrían haber seguido siendo una. Y hay días...
Hay días que me maldigo a mi misma no por haber sabido hacerlo mejor. Me maldigo a mi misma mientras la gente me repite una y otra vez que la culpa no fue mía. Y si algo es cierto, esque no te di lo que tenia, te di mas aun. Y si la culpa no fue mía, ¿Entonces de quien? La vida, simplemente la vida. Y tu no puedes decir que yo no hubiese dado la mía por ti. Y no quisiera  ver nada de lo que hice por ti como un error, porque aun creo que lo merecías. Me hiciste feliz, y nos hicimos felices. Y por esa misma razón, fue difícil aceptar que eso fuese todo, que fueras a rendirte tan fácilmente, y de repente, te volvieses tan cobarde.
Parecía no importarte la idea de echarlo todo a perder, de dejarlo todo atrás.
Te llevaste casi todo, digo casi, porque tu recuerdo me lo quede yo. Y aun sigue aquí conmigo. Eso no me lo puedes quitar, amigo. Y el mio aunque no quieras esta contigo.
Durante un tiempo, desee escuchar tu voz y obtener tu consuelo. Y mi móvil ni siquiera registro una llamada tuya.  Dije que te arrepentirías de irte dejándome aquí, pero aun no lo has hecho...
Y me pierdo entre el odiarte y el no querer ni verte. Resultado: Me encuentro queriéndote.
Lo dejaste ir todo, como si fuera una tormenta de verano... Solo que para mi aun no había salido el sol, cuando tu ya estabas contemplando atardeceres.
Y que cosas, quien lo diría. Que yo hubiese muerto por ti, te lo juro, mi vida.
Pero esto no es un "vuelve conmigo", te lo digo.

martes, 17 de enero de 2012

Las manos heladas, y el alma ardiendo.

Y realmente, no esque me disguste demasiado convivir constantemente con esta sensación. A pesar incluso de que sea la sensación de saberse muriendo en un tiempo muy lejano de seguir así. De seguir viviendo de esta manera. Al límite, sin límites algunos.
Es la sensación de un sol que podría calentarme más, amaneceres perdidos, y de lunas que te encuentran antes de que te des cuenta.
Arriesgarte por algo que crees perdido. Sentir que toda mi inspiración se fue contigo, y sentir que algo me la traerá de vuelta.
Tener la valentía de intentar ser feliz sabiendo que quizás no llegues ni al casi. Tu sonrisa sabe más de tristeza retenida que de alegría propagada.
Que sí, que cuando llueve moja, amor. Y tú estás húmedo siempre.
Que a veces me pierdo igual que se pierde el tiempo. Y cómo no perder aquello que quiero, si lo primero que perdí fue la cabeza.
Te equivocas al creer que intento sonar coherente. La vida no tiene coherencia, y en eso te equivocabas también. Te equivocas en programar todo al milímetro, y más aún en creer que por hacerlo así va a salir bien. ¿Desconocías eso de que todo fluye? Todo incluso tú.
Y sin coherencia fluimos, pues la coherencia de la mente, se pierde allá donde empiezan los sentimientos. Y los sentimientos no te dejan respirar, porque siempre juegan alrededor de lo que duele y lo que gusta. No puedo prometerte sonrisas y placer sin dolor, pero sí más de lo primero.

Y si algún día te descubres a ti mismo hablando de mi, acuérdate de que intentaba ser feliz siempre y a menudo lo conseguía.
Acuérdate de que hay que dejar al mundo girar, y dejarlo girar tan rápido que acabemos todos locos.
Y puede ser que las cosas que hice no hayan estado del todo correctas, o hayan molestado mis palabras. Pero imagíname. Seguro que me imaginas cerca.
Y puede ser que haya perdido cientos de veces, haya caido miles, y llorado otras mil más. Pero tú me recordarás sonriendo.
Acuérdate de eso también. Y que asomarse a la ventana conmigo, amigo... Eso conmigo es hacer puenting.
Sin cuerdas, claro.
Asómate.

viernes, 6 de enero de 2012

Instante momentaneo.



Desgraciados, haceis que me replantee la vida tal y como la veia. Haceis que piense que mi sonrisa un dia pueda desvanecerse.
No se cuales han sido mis pecados, mis hechos, o mis deshechos. Pero sean los que sean, no pueden ser tan graves.
Seguramente me este castigando mas lo que no he hecho, que lo que hice alguna vez. Quizas alguien piense que debo visitar un medico, que padezco de esquizofrenia o soy bipolar. Pero desde mi punto de vista, mi bipolaridad es acusable. Acusable a las demas cosas. Esas cosas que cambian por momentos descontrolando mi vida.
No tengo inspiracion, pero me sobra rabia. Rabia por querer creer que soy la unica que puede hacerte sonreir, cuando es a mi a la que le hace falta tu sonrisa para sonreir.
Por querer llenar de felicidad a gente que apenas se ha parado a pensar en la mia, hacer feliz a personas que a su vez solo quieren hacer feliz a otras. Pero yo no soy capaz de pedir ayuda, porque pienso que no la necesito. No soy capaz de decir un "Hazme feliz, por favor". Porque hablo para afuera, pero siempre grito hacia dentro.
Creen que soy de esas chicas que siempre estan bien, y bueno, sonrio siempre que las circunstancias lo permiten, y nunca llorare pudiendo reir. Pero... dependo demasiado de aquello que me rodea, aunque me guste hacer creer que no me molesta la soledad, cuando en realidad huyo de ella. No puedo soportarla. Me mata la soledad.
Y pase de una dependencia a otra. Pase de depender de labios, a depender incluso de palabras. Y la vida son momentos, son instantes. Un dia todo es jodidamente perfecto, y al dia siguiente se ha ido todo a la mierda. Y ahi estas tu, entre un dia y otro, con cara de gilipollas, sin poder hacer nada.
Y yo que nunca hago nada, en la nada me veo a veces. Y yo que pido poco, y seguramente merezca menos, sin nada me veo a veces.
No quiero verlo todo arder despues de haberlo estado preparando a fuego lento.
Piensa que si en dos dias todo se fue al traste, quizas en dos dias puedas volver a soñar castillos en el aire sin miedo a que el viento sople.
Piensa tambien, que todo puede ir a peor, siempre puede ir a peor. Y que nada es tan malo como lo estas viendo. Piensa tambien, que nunca debes hacer caso a nada que yo escriba, porque deliro demasiado. Y no puedo evitarlo.
Porque la vida son momentos, son instantes, al igual que las personas. Y en este momento, la vida me la pela. Pero en este instante, las personas me parecen una mierda.