sábado, 1 de diciembre de 2012

Live in a van.



Me despierto en un hotel de algún lugar de California sonriendo, con los rayos del sol entrando por la ventana, a pocos metros de la orilla de la playa. Y a través de ella, las palmeras se mecen con el viento. Nadie más, solo yo y un par latas de cerveza que saco de la nevera y unos paquetes de salchicas frías para comer. Ando en ropa interior blanca reluciente, completamente descalza sintiendo la madera en las plantas de mis pies, con las uñitas pintadas de azul turquesa, y una tobillera llena de conchas diminutas. Huele a flores por toda la habitación, huele a cabello rubio natural, huele a brillo, huele a sol. Voy a estar aquí hasta que termine el día, como si fuera a hacer esto el resto de mi vida.
Vivir en una Wolsvagen pintada de flores de infinitos colores y repleta de símbolos de la paz. Viajar de un lugar a otro bajo el cielo azul, decorado con alguna nube blanca.
'Es tiempo de continuar, venga, vámonos' ¿Qué está haciendo todo el mundo? ¿Qué intentan esas fuerzas de seguridad? No van a detenerme, al menos no hoy. Al menos no detendrán mi felicidad. Chicas en bikini, chicas al sol, chicas tostandose en la arena.Chicas de rodillas y chicos rogando a perfectos senos grandes: 'Eh, venga, solo uno más'. Oh oh, estoy jugando al juego de la forma correcta y aun asi quieren hacerme creer que esto es un completo error, 'déjenme en paz', les dije.
Mi nombre es África, aunque no tengo país. Vivo en un mundo que considero de todos y de nadie, vivo en una Wolsvagen. Cada día es algo nuevo, escapando de cualquier dolor. 'Hey, bithches! Pasémoslo bien esta noche, enseñadme todos los lugares más vulgares de esta maravillosa ciudad, aquello que os hace adictas' Hey, dejadme un par de tacones, porque esta noche seré una de vosotras. Escuchando reggae en la radio. Adoro mi vida. No la cambiaría por ti. Tengo mis trucos, tengo mi acidez, pero guardada bajo el color amarillo, al igual que un limón.
Bebiendo hasta no saber dónde te encuentras, fumando weed, mi nombre es África, pero yo no pertenezco a ningún país.
Vivo en una Wolsvagen que no cambiaría por ti.

domingo, 14 de octubre de 2012

Mantis religiosa.




Despacito, muy lento... Poco a poco. Haciéndote sufrir. Viéndote sangrar. Viéndonos llorar. Viéndote morir. Muriendo yo también.

Decidí no hablarte hasta que tú no lo hicieras. Por suerte, ese no fue el fín.
Cuando te fuiste, una parte de mi murió. Me rompiste entera, no exagero, entera. Aunque siempre fuimos diferentes. Incluso al perdernos, buscarnos y encontrarnos. Al final me encontraste en un beso, pues yo estuve echándote de menos cada instante que no me hallaba mordiendo tu labio. Deseo que me quites esta sensación con palabras dulces como el azúcar, porque noto la tensión sobrecogedora de los tendones en mi cuello, es el miedo. Y, con toda sinceridad, puedo decir que no estoy segura de si despertaría tan feliz cada día si no te tuviera, pues he olvidado la costumbre de levantarme sabiéndome desterrada de tu paraiso.
Si tú supieras lo que hice por esa sonrisa... Procura que tus labios no me mientan.
Aunque a veces haya pasado por mi mente el hecho de devolverte el daño, es totalmente imposible imitar el tipo de dolor que provocaba tu ausencia. Levantarme con una extraña sensación de vacío constante.
Tuviste en tu mano la oportunidad de elegir, es por ello que nada debería asustarme.
No me veías, como yo lo hacía cada día. Dime cuántas noches soñaste conmigo, porque yo no puedo contarlas con los dedos de ambas manos. No me necesitabas como yo lo estaba haciendo. Cuántas querrán tus labios... Pero, él es un caballero, ni os lo imaginais. Y cuánto dolor por amor veo en todas partes.
Decidí no hablarte si tú no lo hacías. Por suerte, ese no fue el fín, así que déjame hacerte feliz.
Mataría por que no pudieras vivir sin mi vida. Y es que podría jurar al mismísimo cielo de tus ojos que si alguien me dijera que vas a ser de otra, te mataría después de hacerte el amor toda la noche. No dejaría rastro de ti en esta tierra miserable de destinos sombríos. Lo haría despacito, muy lento... Poco a poco.
Haciéndote sufrir.
Viéndote sangrar.
Viéndonos llorar.
Viéndote morir.
Muriendo yo también.


sábado, 6 de octubre de 2012

Cínico.


Caricias que hechas por mis manos escuecen. Roces que parecen choques. Palabras que debí callar, palabras que no solo resuenan en mi mente, si no que se repetirán continuamente en los oídos del que las recibió.
Palabras que no llegué a convertir en frases, y quedaron sin significado exterior. Todo el daño que me hiciste aún lo llevo dentro, aunque sepa que estás intentando compensarlo.
A veces me hundo, solo por un segundo y luego vuelvo a subir.
Golpes que únicamente sirven para romper tus nudillos y atemorizar la mente. Rabia que te come por dentro.
Cuánto teatro, cuánto llanto, cuánto drama. No sé si estoy fingiendo y ya apenas me doy cuenta de mi realidad, no sé si es la costumbre... Pero algo me arde por dentro.
Soy mi peor enemiga. Luchas internas continuamente, con más miedo a mi persona que a cualquier otra.
Nadie me hace más daño, pero a nadie he visto más fuerte. Orgullosa incluso de mi orgullo, por eso nunca me lo trago, y si lo hice fue por ti y por mis sollozos. La rabia oculta el miedo, pero a mi me pesan igual.
Y nada me llena, y ando refugiándome entre pequeños placeres.
Y nunca me vereis hasta los cojones, y siempre preguntarán por la sonrisa. Y nadie vio el dolor que llevaba dentro. Mintiéndonos a nosotros mismos.
Sacas las garras a quién te da de mamar, bebiendo y escupiendo su leche al suelo. Desagradecida.
Y despertar llorando miedos, y prometer no volver a quejarte, dándote cuenta de que todo podría ser mucho peor. Recordar momentos en los que te querías morir y volver a sentir lo mismo.
Olvidarse todo a los cinco minutos y volver a gritar durante un instante demasiado largo como para evitar el eco, deseando entonces quedarte muda antes que ciega o sorda. Y nada te lleva a ningún lugar, y no llegas a ningún sitio, y nada te compensa... Y te cagas en el cielo porque lo crees inexistente.
Y ojalá creyese en Dios porque yo ya no creo en nada.

martes, 29 de mayo de 2012

Cicatrices.

Dicen que el tiempo todo lo cura, y que este y el olvido son como hermanos gemelos.
Pero... solamente es un consuelo, porque es tiempo lo único que nos sobra siendo también lo que más nos hace falta. Es una de las tantísimas cosas que no podemos controlar. Porque el tiempo solo avanza, nunca retrocede, solo mira hacia delante y nunca hacia atrás. Es por ello, que intentamos hacerlo nuestro, llevándonos lo mejor posible con él. Haciéndonos creer a nosotros mismos que está ahí para poner cualquier cosa en el sitio que le corresponde.
Pero... ¿Alguna vez has contemplado una cicatriz en cualquier parte de tu cuerpo? Si es una cicatriz de antaño, o de una leve herida, apenas será notable si no te acercas, o bien, si desconocías que estaba ahí. Pero tú la llevas contigo, y lo sabes de sobra. En cambio, otras cicatrices son muy apreciables, a la vista de cualquiera, incluso aunque no te conozcan en absoluto. Sea como sea, están.
Apreciables o no.
Más profundas, o menos.
Pero ahí están, y nunca van a irse. Están contigo para recordarte, cada vez que las mires, el "cómo", el "cuando" y el "dónde".
Y todos sabemos, que las heridas del alma, no las pudimos curar con vetadine.

viernes, 11 de mayo de 2012

Agora.

Mi poesía es triste, ¿lo viste?
solo sé hablar de aquello que ya no existe.
Yo no quiero pasar página, intento cerrar el libro entero,
pero mírame escribiendo con el mismo lapicero.
Toda esta mierda duele y nos vuelve locos,
refranes que se cumplan quedan ya muy pocos.
Toda esta mierda duele y te vuelve loco,
es como meterse el tiro pero poco a poco.

Vivir lo mejor de cada estilo,
revivir el vinilo y mantenerse en el filo.
No perder el hilo de lo que estás contando,
dices que los de arriba nos están matando.
Tu forma de vivir la vida es todo cosquillas,
te dan lo que quieras pidas lo que pidas.
Sé quién soy, pero también quién he sido,
y para cantar nunca faltaron motivos.
Sé quién eres, pero también quién has sido,
y ti nunca te sobró el valor, amigo.

No quiero hablar de política, no sé cual es su crítica.
No entiendo que hayan presos, solo por defender sus huesos.
Ningún partido te hará recuperar lo perdido.
Son todos escoria, intentando tapar el ruido.
Odias los extremos porque odias la violencia,
en cuanto a heridas, aprendí a tener paciencia.

Para él siempre fui la primera,
pero hoy en día me lo quita cualquiera.
Si hoy eres segunda, es porque no hay tercera.
Por ti yo derribé barreras, le resté peldaños a tu escalera.

Si hoy tengo un tormento,
es el de no verle fin a este sentimiento.
Si me da por llorar no me hecho el freno,
ojalá le quisiese un poco menos.
Y si me da por cantarle a tiempos buenos,
es porque el ahora solo me sirve de relleno.

Todos tienen algo que yo echo den falta,
quizás sea que mi meta es demasiado alta.
Cuando una voz dentro me dice "salta",
lo hago sin miedo a que me piten falta.
Hay partes de mi que ya no sienten,
están rogando que las encuentren.
Y sé que hay partes de ti que están dormidas,
esperando a que yo vaya y les de vida.

Actúas cual víctima y te encanta el drama,
te faltan caricias en una cama,
te sobran mordiscos a la almohada.
Estás aparentando un malvivir,
pero se te ve el plumero, cielo, solo quieres ser feliz.



viernes, 4 de mayo de 2012

No como yo.

Acepto quererte como un acto suicida,
el querer volver a ti me está quitando la vida.
El mundo me entregó la bendición de encontrarte,
la opción de quererte, y el castigo de perderte.
Esa es mi mala y mi buena suerte.

Este martirio es crudo, no sabes cuánto de duro,
repitiéndo eso de "Mañana mejor, seguro"
Dices que sigues siendo el mismo que ayer,
entonces cambié yo, debe ser.
Sobra espacio en mi cama, sobra espacio aquí,
sobra la mala costumbre de acostumbrarse a sufrir.

Soñando contigo siete veces, reuniendo melancolía,
no siete veces por semana; sino siete veces por día.
Entiendo que te quieran, para ti será mejor,
entiendo que te quieran, pero no como yo.

Si no quedan cenizas, no era fuego, digo yo.
Digo yo que no era fuego, eran luces de neón.
Te vas, te vas, te marchas y ya está.
Cada vez soporto menos eso de que me echases de más.

Eras amor en estado puro, eres el amor que de mi se aleja,
ya nadie pondrá el pelo detrás de mi oreja.
Mi subconsciente sabe lo que quiero ver pasar,
y cada noche me lo hace soñar.
A veces es bueno olvidar, no volverá, amor, no volverá.

Asombroso lo que veo y lo que ví,
a cuantos oídos regalas las palabras que a mí.
Y aunque no vuelvas a mi vera,
yo aquí me quedo en estado de espera.
Porque todo sigue, todos siguen, como no,
todo sigue menos tú y yo.

No pido disculpas, pero acepto la culpa de
estar distanciados, de perderme esos gestos aniñados.
Tengo mil pequeños placeres, pero deshacerme no consigo
del abismal deseo de estar contigo.

Faltaron cosas por hacer, olas que mecer.
Mareas por dominar, y lugares que besar.
Lunares por contar, y lunas que ver brillar.
Por mi miedo, nos perdimos el cielo.
Y en el pecho el corazón me arde, no era lo que tú buscabas
y te diste cuenta tarde.

Tengo malheridas alma y mente,
de este dolor nadie sabe suficiente.
Entiendes, pero no sientes lo que digo,
las estrellas brillan por ti y por eso ni las miro.

Tendrás felicidad viva y sin pausa,
pero nunca más seré la causa.
Entiendo que te quieran, aunque me provoque ardor.
Porque entiendo que te quieran, pero no como yo.




lunes, 16 de abril de 2012

Hablando sin saber porque ya sé demasiado.

Tú no te lo mereces, zorra. Frase que repites una y otra vez en tu cabeza. Ella no se merece tu realidad, ella no tiene por qué estar viviendo tu vida, ocupando tu lugar. No puedes deshacerte de su imagen, de la última vez que le viste apoyado de esa forma tan suya, con esa mirada pícara que esta vez, no iba dirigida a ti, y te mueres de celos, te mueres por dentro deseando que esos ojitos te miren a ti. Porque no te sientes sola, no necesitas compañía, le necesitas a él. Te está quitando la vida. No es justo, ya nada es justo. Tienes que dejarlo, tienes que dejar de observar las cosas que hace como una obsesa antes de pegarte un tiro, no es sano. Y piensas que en otra vida, en otro momento, si te diesen la oportunidad de volver atrás, le harías quedarse y serías su chica. No te haces a la idea de que otra bese sus labios, toque su pelo... No te haces a la idea de que otra le haga erizarse, ponerse nervioso, de que ya no seas tú la razón de su sonrisa. Que sus manos acaricien otras piernas, otras mejillas... Imposible. Oh, Dios... Pero cómo te gusta torturarte, deja de pensar en eso o acabarás perdiendo la cabeza. Y sabes que nada va a cambiar, hasta que no le digas lo que nunca deberías decirle. Pero arrastrarte de nuevo no estaba en tus planes. Como también estás segura de que hace mucho tiempo que nadie le quiere como tú lo hacías. Tantas veces repetiste eso de "Si se va..." que ya se ha ido.

¿Cómo deshacerme de esta rabia? Me ahoga, me asfixia, me atrapa. ¡Pero cómo no te van a querer con esa cara! Si yo lo comprendo, comprendo que quizás no sean tan zorras, pero tú debes comprender que yo por ti las mataba. Y esto es un círculo vicioso, y va sobre aquello de querer y no poder. Pero tú te fuiste, y la vida siguió. He sobrevivido a ti. Como a todo, soy así. Te quiero. Me estás quitando la vida, cabrón. Sabes que puedes conmigo, no me jodas más, amigo. Y piensas que mañana será un día mejor que este, que quizás avances. O consigues olvidarle un poquito más, o le haces volver a ti. Si no ocurre ninguna de las dos cosas, estás perdida. Crees que es el puto amor de tu vida, y el tiempo te lo confirma. Es hora de pasar de página. Y una mierda. Yo quiero crear un libro con las páginas de una vida, y lo nuestro me supo a prólogo. Te quiero. Dices que sigues siendo el mismo, pero el tú de antes estaba loco por mí. Qué pronto te olvidas de todo, y qué fáciles me parecen tus excusas. Échame un poquito de menos. Que me muero de amor.